A través de una pulverización en el rostro, estos productos – también conocidos como brumas faciales- hidratan, refrescan, calman e iluminan en cuestión de segundos
En los meses de verano, sumado al riesgo de sufrir daño solar, el calor hace que la piel transpire más, provocando una pérdida de hidratación. Esto puede dar lugar a una mayor sequedad en el cutis, o por el contrario, un aumento en la producción de grasa.
Los mist faciales llegan para contrarrestar esa deshidratación y a otorgar luminosidad natural, pero, ¿qué son estos productos? “Los mist faciales son cosméticos formato spray que tienen como principal objetivo refrescar el rostro. Con los años se han ido añadiendo ingredientes para que, además, puedan mejorar la salud de la piel”, señala Christian Estrada, fundador de la marca de cosméticos naturales basados en aloe vera orgánico, Naturaloe.
Esta adición de ingredientes a la fórmula de un producto que parecía cumplir una función simple, ha sido la clave para que se convierta en un nuevo paso en las rutinas de cuidado facial y en un hábito del resto del día por sus múltiples beneficios para la piel, tanto a nivel estéticos como de salud.
Entre sus componentes pueden encontrarse desde elementos naturales, como agua de rosas, hasta ingredientes más fuertes como la niacinamida. Las fórmulas y beneficios de cada mist dependerán de la marca.
Con su mist facial, Naturaloe apostó por una fórmula simple de tres ingredientes, que además de tener propiedades humectantes e hidratantes por el 90% de aloe vera orgánico que compone el producto, contiene ácido hialurónico, que ayuda a la firmeza de la piel, y bisabolol, que proviene de la flor de manzanilla y tiene un agente calmante para pieles sensibles y un efecto iluminador.
Si bien es un producto apto para todo tipo de pieles, suele ser especialmente beneficioso para pieles grasas, con rojeces y acneicas.
Se puede ocupar en cualquier momento del día para refrescar e hidratar el rostro, pero también puede incluirse en la rutina de cuidado facial como segundo paso después de lavar la cara, sin reemplazar otros tratamientos ni la protección solar. ¿Cómo se aplica? Rociándose a unos 20 cm del rostro con los ojos cerrados. Al terminar se debe limpiar el exceso de producto de los ojos y boca.