Llegamos a Rapa Nui a conectarnos con su gente, su cultura, su historia y su energía. Una isla de la polinesia a más de 4 mil kilómetros de Santiago que nos recibe desde el primer momento con collares de flores y mucha calidez.
Iorana es el saludo clásico del lugar más alejado del mundo.

Una isla que recién desde 1966 volvió a ser parte del Estado Chileno, luego que fuera por más de 100 años entregada en arriendo por nuestro país a una empresa europea, como una gran estancia ovejera, la cual ocupó a sus habitantes como esclavos o empleados como a conveniencia les decían ellos.
Hace apenas 53 años Rapa Nui pudo iniciar y con ciertas limitaciones – el desarrollo del turismo y la revaloración de su patrimonio arqueológico – el cual se conoce a nivel mundial por sus hermosos centros ceremoniales de culto a los antepasados, los cuales son representados a través de los gigantes de la ISLA GRANDE: SUS MOAIS.

Antes de que fueran incorporados a territorio chileno los distintos linajes competían por el poder político, donde el ganador asumía una posición sagrada…

La herencia de sus ancestros, así como su resistencia ante años de abusos es lo que quizás la hace imponente y donde en cada espacio sus habitantes buscan honrar su historia.