Dialogo Social y empleabilidad femenina: Una discusión urgente que no puede esperar
A raíz de la crisis sanitaria que afecta al país solo el 45% de las mujeres que quedaron desempleadas durante la pandemia ha vuelto a trabajar, por lo que generar instrumentos que incorporen nuevamente a las mujeres en la actividad laboral es una demanda que debe ser tratada con inmediatez.
Uno de los impactos inmediatos de la pandemia que lleva 16 meses presente en Chile ha sido la destrucción de empleos femeninos en el mercado laboral. Se estima que del millón 100 mil empleos que se han perdido producto de la pandemia, apenas se han restablecido poco más de la mitad.
La necesidad de abordar soluciones que permitan dar a la mujer el sitial y facilidades para el desarrollo de su vida profesional es una de las soluciones que deben plantearse para poder mejorar los actuales indicadores de empleabilidad.
Este es uno de los puntos que propone abordar con atención el Índice de Dialogo Social (IDIAS), desarrollado en conjunto por la Facultad de Economía y Negocios y la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado y que busca propiciar el dialogo social entre diversos estamentos de las organizaciones laborales, resaltando el impacto económico y social de esta experiencia que promueve la comunicación constante como uno de los métodos de solución de controversias.
En palabras del director de Vinculación con el Medio de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado (FEN-UAH), Mauricio Araneda, es necesario “abordar este contagio del empleo femenino, entender que se requiere autonomía económica de la mujer, hacerse cargo de las redes de cuidado, como por ejemplo avanzar en serio en proyectos como la sala cuna universal, avanzar culturalmente a que el teletrabajo llegó para quedarse y haya conciliación trabajo-familia que permita el desarrollo femenino sin contratiempos”.
Para ello, se requiere de la atención de las líneas de supervisión a fin de considerar factores que deben ser parte de un diálogo social como los horarios, la repartición de tareas y el desafío de los distintos tipos de familia para que se compartan las labores y todos puedan compartir el trabajo no remunerado, de tal manera que la mujer no sea quien deba seguir postergando su desarrollo profesional.
Esto también es importante en medio del importante diálogo que tendremos como país una vez que la Convención Constitucional se instale para así dar inicio a la propuesta de nueva constitución. En esa línea, el Director de Vinculación con el Medio de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado plantea que “hay un dilema importantísimo respecto a qué modelo laboral vamos a propugnar como país. Uno es un modelo basado en los actores y con menor legislación o uno parecido a este, híper regulado, que tiene poca flexibilidad. Por otro versa como nosotros también generamos involucramiento a nivel de actores o sectores económicos que enriquezca y lo otro son los temas, no solo lo económico”.
Por ello, Mauricio Araneda instala que “se confía que se dé un debate con altura de miras con estos temas que como país hemos dejado pendiente y no nos hemos hecho cargo, por lo que se resuelven por vías disruptivas que nos ha ocurrido como país. No hacerse cargo de esto quita valor a las organizaciones y genera problemas en el largo plazo de viabilidad.”
Por ello, impulsar diálogos sociales que incorporen inquietudes de empresas e instituciones es fundamental para no solo promover la empleabilidad femenina, sino que también ayudar y apoyar la promoción de vínculos que hagan partícipe a toda la comunidad laboral. “Diagnosticar las organizaciones, entender la necesidad de que el dialogo genera valor se logra mediante formación. Por ello es importante generar mecanismos que puedan detectar brechas respecto a la falta de dialogo al interior de las organizaciones”, agrega Araneda.
Así, el proyecto IDIAS de la Facultad de Economía y Negocios y la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado busca “reconocer los distintos actores que interactúan en un sistema de relaciones laborales –trabajadores, empleadores, administración– y detectar cuáles son las brechas que existen entre los distintos actores y sus canales de comunicación, para generar un diagnostico que permita que las empresas puedan superar esas brechas”.