La investigación fue publicada en el último número de la revista científica alemana Natural Hazards and Earth System Sciences.
El trabajo está basado en variaciones del campo geomagnético de nuestro planeta, el que difiere e incluye conceptos fundamentales de los estudios sismológicos de grietas en la litosfera. La investigación fue liderada por Enrique Cordaro, académico del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Para el Doctor David Laroze, del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá, para entender los resultados es necesario pensar en la corteza terrestre como una alfombra. «Cada vez que ocurre un terremoto es como sacudir dicha alfombra, al hacerlo se generan ondas, la amplitud y frecuencia de ellas es lo que normalmente se estudia. Nosotros, en cambio, nos centramos en la variación del campo magnético terrestre antes y después que se generen dichas perturbaciones».
De esta manera, a medida que se van generando las condiciones para el terremoto se produciría simultáneamente una acumulación magnética que nos da una alerta. «Este es un método que está en evolución. Al predecir su ocurrencia con una cierta o alta probabilidad, podríamos alertar sobre los efectos indeseables de terremotos, tsunamis y destrucción de obras civiles en ciudades y puertos, pudiendo incluso salvar vidas humanas», añade Cordaro.
El estudio fue escrito por Enrique Cordaro del Observatorio de Radiación Cósmica y Geomagnetismo del Departamento de Física de la Universidad de Chile; Patricio Venegas-Aravena del Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Pontificia Universidad Católica de Chile y David Laroze del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá.